El muro de Berlín, símbolo de la guerra fría


Revista Eje 21. 




POR ALBEIRO VALENCIA LLANO.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial Europa quedó sumergida en la miseria, en cambio Estados Unidos se consolidó como la primera potencia. Este país reorientó su economía y la encauzó hacia la reconstrucción del viejo mundo, bajo el modelo liberal. Pero había que prestarle total atención a la postrada y fragmentada Alemania, pues quedó dividida en cuatro pedazos: las tres zonas de occidente se convirtieron en la República Federal Alemana (RFA) y la del oriente se transformó en República Democrática Alemana (RDA).

El Programa de Reconstrucción de Europa tenía el nombre de Plan Marshall, porque fue impulsado por el secretario de Estado George Marshall, desde junio de 1947. Tenía tres objetivos: prestar dinero a los países de Europa para que pagaran la deuda contraída con Estados Unidos durante la guerra y pudieran comprar nuevos productos, prevenir la expansión del comunismo y fortalecer los regímenes democráticos. Se tomó como modelo a la RFA, donde el economista Ludwig Erhard, impulsó una serie de reformas, que empezaron con la creación de la nueva moneda, el Deutsche Mark, y tuvieron en cuenta la economía de mercado, la eliminación de trabas burocráticas y los tremendos sacrificios de los trabajadores. De este modo aumentó la productividad, se industrializó el país y crecieron las exportaciones. Con una política de sudor y lágrimas y con los préstamos del Tío Sam, a los pocos años la RFA se había convertido en una de las naciones más prósperas de Europa. Se produjo el llamado “Milagro Alemán”.

Fue diferente la suerte de la RDA, porque no contó con los recursos naturales de su vecina, ni con la cantidad de científicos, ingenieros, y mano de obra calificada que había cuando finalizó la guerra. Y, por supuesto, no tuvo acceso al Plan Marshall.

El muro, símbolo de la Guerra Fría

El crecimiento económico de la RFA y de Berlín Occidental, más la propaganda, se convirtieron en foco de atracción y miles de personas, en especial mano de obra calificada y profesionales con alta formación académica, abandonaron la maltrecha economía de la RDA y buscaron el “Milagro Alemán”, pretendiendo mejores salarios y nivel de vida. De este modo, entre 1949 y 1961 cerca de tres millones de personas, menores de 25 años, se instalaron definitivamente en la RFA. Esta es una de las principales razones para la construcción del muro y, según el presidente Walter Ulbricht, “para poner fin a las actividades hostiles de revanchismo y militarismo de Alemania Occidental y de Berlín Occidental”. El 13 de agosto de 1961 pusieron barreras temporales con alambre de púas y en los días siguientes se construyó una barrera de hormigón de 112 kilómetros de longitud. Entre 1961 y 1968 murieron 600 personas, abatidas a tiros o por accidentes, al intentar huir hacia la RFA. Fue conocido con los nombres de “Muro de Protección Antifascista” y “Muro de la Vergüenza”. Y se convirtió en el principal símbolo de la Guerra Fría.

Derrumbe del símbolo

Aunque la crisis de la URSS se veía venir desde el gobierno de Leonid Breshnev, todo se precipitó desde las breves y pésimas administraciones de Yuri Andropov y de Konstantin Chernenko, que facilitaron la llegada al poder de Mijail Gorbachov, en 1985. Ante la crisis económica, ideológica, política, social y cultural, planteó sus programas banderas, el Glasnost (transparencia) y la Perestroika (reestructuración). En este ambiente inició la aproximación a Occidente y el fin de la carrera armamentista. El nuevo clima político creó las condiciones para la caída del muro. Cuando la larga muralla fue cayendo hecha pedazos el mundo entendió que era el fin de la Guerra Fría y la llegada de la globalización. El campo socialista se fue desgajando y con la burocratización del Partido Comunista de la URSS se allanó el camino para los líderes sagaces, oportunistas y corruptos, como Boris Yeltsin, y aparecieron grupos de personas que amasaron fortunas por medio de la privatización fraudulenta de las propiedades del Estado. De este modo la Unión Soviética fue empujada hacia el abismo.

Los nuevos muros

Cayó el muro de Berlín pero desde 1962 se había iniciado el bloqueo económico y político contra Cuba, lo que significa una muralla invisible alrededor de la Isla. Y no podemos olvidar la muralla o valla de seguridad construida por Estados Unidos en la frontera con México, para impedir la entrada de inmigrantes. Se inició en 1994 y lleva más de 10 mil muertos, lo que supera, en forma abrumadora, la tragedia que causó el Muro de Berlín.

Y, por último, la barrera israelí en Cisjordania, proyectada con una longitud de 721 kilómetros, para proteger a los civiles de los atentados suicidas, es un “Nuevo Muro de la Vergüenza”, o “Muro del Apartheid”. Al respecto dijo Juan Pablo II que “Medio Oriente no necesita muros, sino puentes» ¡Definitivamente quedan otros muros para derrumbar!


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